Fracturas, Esguinces y Luxaciones

Fractura

Un hueso puede romperse cuando recibe un golpe directo muy fuerte o cuando sufre una tensión muy intensa. Puede fracturarse directamente en el punto de impacto (dedo roto por un golpe de martillo) o indirectamente, por transmisión de la fuerza al hueso (torsión de la pierna que produce una fractura de tibia). Las fracturas se clasifican en abiertas (hay una herida que deja ver la fractura) o cerradas (la piel está intacta).
Los síntomas de una fractura son: dolor intenso, imposibilidad de realizar algunos movimientos, hematoma y, en algunos casos, deformidad. Las fracturas abiertas pueden ir acompañadas de una hemorragia copiosa y, en ocasiones, de un estado de shock: la víctima está pálida y mareada, presenta el pulso y la respiración acelerados y puede desvanecerse.
La víctima debe ser traslada-da al hospital por personal especializado en el transporte de heridos.
Si la fractura es abierta, es fundamental prevenir la infección y la hemorragia. Se cubre la fractura con varias compresas de gasa estériles, que se sujetan con un vendaje, y se inmoviliza la extremidad.
Si el herido se queja de dolor en la espalda, el cuello, la pelvis o la cadera, hay que dejarlo en la posición que le resulte más confortable.
Sobre todo, no hay que moverlo. Debe respetarse la rectitud del eje cabeza-cuellotronco; se inmovilizará al herido con mantas enrolladas a ambos lados del tronco, la pelvis o el cuello. Mientras se espera la llegada de personal especializado, se cubrirá a la víctima y se controlará la respiración y el pulso.
Si la fractura es de una extremidad, ésta debe inmovilizar-se siempre en la posición en que se encuentra (con ropa, periódicos, telas enrolladas), así como las articulaciones por encima y por debajo, con ayuda de un cabestrillo o bien un objeto rígido y alargado (férula o entablillado).
No hay que darle comida ni bebida a un herido, ya que, en caso de intervención quirúrgica, debe estar en ayunas.

Luxación

Se produce cuando dos extremos óseos de una articulación se desvían y se pierde el contacto entre ellos. Las articulaciones luxadas con más frecuencia son las de las extremidades superiores: hombro, codo, dedos. Los síntomas son: dolor intenso y deformidad de la articulación afectada. Una luxación puede ir acompañada de una fractura.
Si no se tiene experiencia, no hay que intentar jamás volver a colocar en su sitio la articulación dislocada, ya que esta maniobra, cuando se hace mal o de forma brusca, puede lesionar los tejidos que se encuentran alrededor de la articulación. Es importante quitar las joyas, o cualquier otro objeto que pueda producir compresión, antes de que se produzca una hinchazón de la extremidad. Hay que inmovilizar la articulación luxada en su posición por medio de un cabestrillo: fijando el brazo contra el tórax, si se trata del hombro o del codo, o por medio de una férula, si se trata de un dedo.

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